Tu embarazo

El color de ojos de nuestro bebé al nacer

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Descubre el color de ojos de tu bebé

Cuando nace nuestro bebé lo primero que hacemos es fijarnos en cada uno de sus pliegues para ver qué rasgos ha sacado de la madre, del padre o incluso de los abuelos. Las manos, los piececitos, los mofletes, las orejas, la nariz y sobre todo los ojos. ¿Qué color de ojos tendrán? ¿Gris, marrón, verdoso o celeste? Sin embargo, durante las primeras semanas e incluso meses, es complicado ver con certeza qué color tienen, ya que no es el definitivo, especialmente en los recién nacidos con los ojos azules o grises.

A medida que pasan los meses, la vista de los pequeños se va desarrollando, se adaptan a la luz, a los objetos, a las diferentes tonalidades… ¿Y qué pasa luego? No es que el color de ojos cambie, sino que se va definiendo poco a poco. El iris es la parte de color del ojo y depende de la melanina, sustancia encargada de darle dicho color al iris, igual que a la piel y al pelo. En el interior del útero, las células de melanina del bebé son todavía inmaduras. Cuando llega al mundo y abre los ojos, la luz estimula la producción de este pigmento y el iris comienza a modificarse poco a poco hasta alcanzar el color determinado por su ADN, que depende de la genética de los padres.

No hay ley que indique que los pequeños tienen que tener el color de los ojos en función a sus progenitores, pero la genética es muy caprichosa y la probabilidad es mucho mayor de que así pase. Un bebé con los ojos claros puede terminar con un color diferente al que tenía cuando vino al mundo, siendo normalmente verdes, avellana o marrones. En el caso de los niños con los ojos más oscuros, el color no suele variar mucho y se mantiene. Esto se debe a que tienen más cantidad de melanina que los que nacen con los ojos claros. Este proceso de cambio puede durar los cinco o seis primeros meses, y es alrededor de los dos años cuando ya consiguen su color definitivo.

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