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¿La primavera la sangre altera?

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La primavera es la estación en la que todo florece.

Pues sí. Parece que no es sólo un dicho o refrán popular sino que está comprobado que algo tiene de cierto. La ciencia se ha encargado de analizar y verificar que esto es así, que esta afirmación tiene una base científica y que es en este periodo del año cuando el cuerpo tiende a responder mejor a los estímulos.

La primavera: ¿la sangre se altera?

En primavera suben temperaturas, el día se alarga y hay más luminosidad. El estado de ánimo suele ser más positivo y se emplea menos ropa. La luz y el calor aumentan las sensaciones placenteras, influyendo también en la producción de hormonas como la melatonina, la testosterona y las feromonas, determinantes, entre otros aspectos, de la actividad sexual.

Sin embargo, también es cierto que con la llegada de la primavera algunas personas se ven afectadas por una súbita tristeza o una mayor fatiga. Es la llamada astenia primaveral, que se define como la falta o pérdida de energías, advertida en apatía y cansancio causados por la disminución de betaendorfinas en el plasma. Es una fatiga psicofísica que se puede combatir con descanso, practicando ejercicio físico, con actividades de relajación y siguiendo una dieta completa y equilibrada. La astenia de primavera es la leve y suele durar poco.

Primavera es la estación de la fertilidad: Sus posibilidades pueden mejorar con un ciclo de reproducción asistida en esta estación

Pero la primavera no sólo se caracteriza por la astenia o por amplificar el deseo sexual. Parece que la fertilidad también experimenta un incremento.

Los científicos han observado cómo los nacimientos naturales se ven favorecidos por factores estacionales. Un estudio observó y comparó los parámetros celulares y bioquímicos de 1.932 pacientes en tratamiento de Fecundación in Vitro (FIV) durante las estaciones de verano, otoño, invierno y primavera. El estudio concluyó que, al igual como ocurre en los embarazos naturales, los resultados de la FIV se ven favorecidos por el aumento de la luz solar de la época, pese a que el porcentaje de óvulos desarrollados y embriones de calidad no cambiaba de una estación a otra. Los resultados mostraron que hay una diferencia significativa en la tasa de fertilización de primavera y que es casi una vez y media mayor que la de las otras estaciones.

Para entender por qué se da esta mayor tasa de éxito, se midieron los niveles de las diferentes hormonas durante el proceso y descubrieron que una sustancia llamada 17-β estradiol era significativamente más alta en primavera que en el resto de estaciones. El estradiol es la forma más importante de estrógeno, la hormona femenina por excelencia, secretada por los ovarios y por la placenta que se desarrolla durante el embarazo para alimentar al cigoto.

La fertilidad se estimula por el alargamiento del fotoperíodo. El aumento de la duración del día se asocia con cambios en el cerebro que son responsables de la mediación de las actividades reproductivas como la secreción de estradiol, lo que es importante para la maduración de óvulos y para otros procesos reproductivos.

Así mismo, según otro estudio realizado sobre 6.445 varones que seguían tratamientos de fertilidad, el inicio de la primavera es la época del año en la que los espermatozoides presentan una mejor calidad (morfología) y movilidad, por lo que se registran un mayor número de embarazos.

Definitivamente, la primavera es la estación de la fertilidad.

Dr. Javier Ruiz Romero
Director del Servei d’Andrologia
Fertilab, Institut Català de Fertilitat

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