Lo que no está permitido
Definitivamente, no. No está permitido rendirse. Ahora no. Seguro que no tenéis motivos para hacerlo y, sin embargo, os sobran razones para seguir. Porque hace mucho que esperáis ese momento. Porque lo habéis intentado antes y aún se puede continuar. Porque nunca es tarde para dar un nuevo paso. Porque hay una oportunidad para vosotros. Porque vuestra ilusión puede más.
No está permitido rendirse porque la infertilidad no es la última respuesta. Ni siquiera la penúltima. Porque como vosotros, hay otras parejas y personas que han vivido la misma situación. Que conocen vuestras emociones. Que saben lo que estáis sintiendo. Que os entienden y que, se sienten identificados con vuestras dudas y miedos. Ellos son los que después de haberlo conseguido, os dirán lo mismo: no está permitido rendirse. Ahora no. No os precipitéis.
Porque no sois los únicos, aunque a veces parezca todo lo contrario. En el mundo, entre 35 y 70 millones de parejas tienen problemas de fertilidad. Además, cada año nace una media de 90.000 niños en Europa gracias a los tratamientos de reproducción asistida. En nuestro país, los bebés nacidos en el año 2014 superan los 25.000, según los datos adelantados por la Sociedad Nacional de Fertilidad (SEF), encargada del registro oficial. ¿Lo veis? Esa cifra puede seguir creciendo. Aún hay muchas familias por nacer. La vuestra.
Por eso no está permitido rendirse. Es mejor borrar esa palabra y escribir un nuevo capítulo. Con nosotros. Porque tenemos un equipo formado por ginecólogos, andrólogos, psicólogos, embriólogos, fisioterapeutas y expertos en terapias naturales. Porque estaremos pendientes de vosotros desde el primer momento. Porque trabajaremos para identificar vuestras causas de infertilidad y ofreceros un diagnóstico personalizado.
Porque desde el primer día, os acompañaremos para que las dudas desaparezcan del camino. Las visitas no solo serán un encuentro médico. Programado. Frío. Serán, también, un lugar para escucharse y para hablar. Sobre todo, para comprenderos.
No está permitido rendirse porque no sois pacientes. Sois personas. Porque no hay culpables sino motivos.
Porque ya habéis sentido la emoción de ser padres desde hace tiempo. Y no se apaga. Al contrario, cada día está más encendida.
Porque lo mejor está por llegar. Porque os imagináis cómo serán sus ojos. Su piel. Sus manos. Cómo será el primer encuentro. Porque rendirse ahora sería la peor forma de seguir.
Porque aún os queda dar una buena noticia aunque no sabéis ni cómo lo haréis. Seguramente os quedaréis en blanco. Las palabras, a veces, están de más.
No está permitido rendirse porque, en el fondo, nadie os hará cambiar de opinión. Estáis seguros de lo que queréis. Queréis ser una familia.
Porque el camino acaba de empezar. Porque es mucho más que un embarazo. Es una nueva vida.
Y sobre todo, porque solo se rinden los que no están dispuestos a cumplir su sueño. Y seguro que no sois vosotros.