Los estigmas de la infertilidad
Los estigmas de la infertilidad: Barreras y soluciones
Como señala La Sociedad Española de Fertilidad, la importancia de los temas de reproducción se hace cada vez más evidente. Los problemas de esterilidad e infertilidad generan interés porque determinan la evolución demográfica del país. Mientras la medicina avanza hacia las técnicas más punteras y los mejores resultados, los testimonios personales se van abriendo paso para dejar de ser un tema tabú e invisible. Y es que si hay algo en lo que están de acuerdo las personas que sufren infertilidad es que su vida cambia completamente. Durante el tratamiento, es habitual sentir el impacto psicológico de las técnicas de reproducción asistida pero también de los estigmas sociales que se cruzan por el camino.
Aún existe la falsa creencia que relaciona la imposibilidad de concebir con la disfunción sexual.
Siempre se ha asociado la mujer con la figura de la madre y el útero, como símbolo de la reproducción. La maternidad ha sido planteada como el objetivo del género femenino. Así pues, no conseguirlo supone romper el arquetipo tradicional. Por eso, las mujeres con infertilidad sienten un malestar superior al de los hombres y consideran que el fracaso lleva su nombre.
Ellos, por su parte, también sufren las consecuencias. La paternidad siempre se ha considerado uno de los ejes claves de la masculinidad. Ese es su rol. Cuando no se consigue, el concepto de familia se desestabiliza porque no se aseguran los lazos ni la continuidad. La presión individual de los hombres aumenta aunque si por algo se caracterizan es por no querer contar sus emociones, sobre todo en público. En los casos más extremos, no terminan de aceptar la idea de ir a la consulta ni siquiera con su pareja, una de las recomendaciones de los expertos.
Los estigmas sociales no permiten entender a fondo en qué consiste la infertilidad ni el dolor personal que crea. La situación es peor en países que se encuentran en vías de desarrollo. Viajamos, por ejemplo, hasta la África Subsahariana. Allí, la falta de hijos es uno de los estigmas que más persigue a las mujeres infértiles. Y es que su rol no es otro que el de formar una familia numerosa. Esa es la única forma de ser aceptadas socialmente. En caso contrario, la discriminación y la exclusión se convierten en su realidad.
Un estudio realizado por la Universidad de Brown y publicado en la revista Social Science and Medicine, señala que en países como Nigeria, se les llega a prohibir su participación en algunas actividades públicas.
Además, los estigmas de la infertilidad impactan de forma diferente en cada persona, en función de los mecanismos para enfrentarse a situaciones adversas. Hay quiénes son capaces de superarlos pero en su mayoría, es necesario el apoyo psicológico en el inicio, durante y después del tratamiento. Por eso, en nuestra clínica consideramos que la figura del terapeuta, como la de otros profesionales, es imprescindible en momentos de crisis emocional y, en definitiva, para vivir el proceso de una manera más sana y adaptativa.
La buena noticia es que la medicina reproductiva es una de las que más ha avanzado en las últimas décadas. Y afortunadamente, así seguirá haciéndolo. Frenar las falsas creencias de la infertilidad es, sin embargo, nuestra tarea pendiente. Aún estamos a tiempo para borrarlas y dejar el camino despejado. Básicamente porque la ilusión por la vida es más importante.