Tratamientos de fertilidad

¿En qué consiste la vitrificación de óvulos?

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La vitrificación es una técnica de congelación ultrarrápida de ovocitos.

Permite preservar parte de la reserva ovárica de la mujer, ser madre en el momento vital que la mujer considere más adecuado y así poder contar con los óvulos propios de más calidad. Durante los últimos años se ha incrementado mucho el número de ciclos que se realizan anualmente, por lo que empieza a ser una técnica muy exitosa respecto a las necesidades de la sociedad actual.

Congelación lenta Vs. Vitrificación

La ventaja que presenta esta técnica frente a la clásica congelación lenta es que, debido a la alta velocidad de enfriamiento, se evita la formación de cristales en el interior de la célula.  El óvulo es una célula grande (si se compara , por ejemplo, con un espermatozoide) con un alto contenido de agua en su citoplasma. Si se forman cristales en su interior, estos pueden dañar las estructuras celulares e impedir que el óvulo pueda ser utilizado en un futuro.

¿En qué consiste?

La paciente debe realizar una estimulación ovárica para recuperar el máximo número de ovocitos posible, mediante punción folicular bajo anestesia. El mismo día de la punción todos los ovocitos maduros se vitrifican y quedan almacenados en nitrógeno líquido, durante el período que la paciente necesite o desee, sin existir un límite de tiempo.

Origen de esta práctica y su uso actual

En un principio la vitrificación de óvulos se planteó como opción de preservación de fertilidad en aquellas pacientes que veían su reserva ovárica comprometida por tratamientos oncológicos (quimioterapia, radioterapia), o por cirugías repetidas sobre el ovario. Sin embargo, en los últimos años, se ha impuesto una nueva indicación no médica (social) en aquellas mujeres que desean posponer su maternidad.

Es bien conocido que la etapa de mayor fertilidad de la mujer coincide con su período formativo y con su carrera profesional. En España la edad media de la mujer al tener el primer hijo se ha ido incrementando durante las últimas décadas y actualmente es de 32 años. La fertilidad empieza a disminuir a partir de los 35 años, y muy especialmente a partir de los 40 años, cuando encontramos baja respuesta a la estimulación ovárica y mala calidad embrionaria.

A partir de los 40 años la tasa de recién nacido vivo por ciclo de fecundación in vitro es muy baja , lo que obliga en muchos casos a recurrir a la donación de óvulos para conseguir la gestación. Por otra parte, actualmente las pautas de estimulación ovárica son más suaves, con tratamientos de menor duración y sin síndromes de hiperestimulación, lo que hace que la vitrificación de óvulos sea un proceso seguro.

Es por todos estos motivos, que cada vez existe una mayor demanda de vitrificación de óvulos. Las mujeres desean posponer su capacidad reproductiva hasta que hayan adquirido cierta estabilidad en el ámbito profesional, o hayan encontrado una pareja con la que crear una familia, sin el inconveniente del efecto de la edad sobre su fertilidad. Es decir, hoy en día la razón mayoritaria de someterse a este tratamiento es más bien social y personal.

Después de la vitrificación

Sobreviven entre el 90 y el 95% de los ovocitos, con una alta tasa de fertilización y de gestación. No obstante, no debemos olvidar que aunque la vitrificación de óvulos ofrece buenos resultados, estos van ligados a la edad de la mujer en el momento de la vitrificación, dado que ello nos determinará tanto el número de los óvulos como su calidad. Por tanto, lo ideal es realizarlo siempre antes de los 37-38 años. Si se realiza a edades más avanzadas, los resultados van bajando al igual que la fertilidad natural y la tasa de gestación en ciclos de FIV con ovocitos frescos.

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